Como se puede ver en la infografía que acompaña a esta sección, en materia de regulación, existen diversos retos a efectos de desarrollar un marco regulatorio para las tecnologías inalámbrica 5G y el futuro de la convergencia de servicios —basada en servicios de nube o cómputo distribuido, Inteligencia Artificial, Block Chain y otras tecnologías emergentes—.
En este sentido, el Instituto Federal de Telecomunicaciones persigue el desarrollo eficiente de las telecomunicaciones y del ecosistema digital para el beneficio de la sociedad, incluyendo entre otros a usuarios, audiencias, y sectores productivos promoviendo que los operadores de servicios inalámbricos aumenten la cobertura de micro celdas, redes de fibra óptica y de espectro radioeléctrico afín a la tecnología 5G.
La experiencia internacional identifica los siguientes aspectos regulatorios como prioritarios para el ecosistema 5G:
De acuerdo con la UIT[1], la regulación y la política de las autoridades locales han ralentizado el desarrollo y despliegue de células pequeñas y redes de fibra óptica; a través de obligaciones administrativas y financieras excesivas para los operadores, las restricciones para la implementación de celdas pequeñas incluyen procesos de permisos prolongados, adquisiciones prolongadas, tarifas excesivas y regulaciones desactualizadas que impiden el acceso.
Entre los temas más relevantes para la UIT, en materia de reducción de barreras a la inversión, se encuentran:
El Instituto considera que la puesta a disposición de espectro radioeléctrico contribuirá a mejorar significativamente tanto la capacidad de las redes inalámbricas (teniendo en cuenta un entorno de demanda creciente de servicios digitales) como la cobertura de red (principalmente a raíz del uso de las bandas bajas de frecuencia). Este aspecto es de especial relevancia para el despliegue de las nuevas redes 5G, así como otras tecnologías de redes móviles, fijas y redes de transporte, tanto terrestres como satelitales, que harán uso de bandas bajas (por debajo de 1 GHz), medias (entre 1 y 6 GHz) y altas (por encima de 6 GHz). Asimismo, el Instituto considera de igual importancia que la disposición del espectro radioeléctrico se lleve a cabo a partir de identificar y analizar esquemas alternativos en la asignación del espectro radioeléctrico de una manera flexible, eficiente, competitiva y no discriminatoria.
El espectro debe ser armonizado para que las bandas destinadas a servicios específicos en una región sean las mismas que se utilizan para esos servicios en otra región del mundo. Lo anterior tendrá un impacto positivo en el costo de los dispositivos móviles al utilizar la misma banda en diferentes países, garantizar la interoperabilidad de esos dispositivos a nivel global y ayudar en el servicio de roaming en redes foráneas. Es en este sentido que el Instituto no descuida la necesidad de armonizar la utilización del espectro conforme a las recomendaciones de la UIT.
El costo excesivo del espectro es uno de los principales factores que afectan la inversión y, sin duda, una barrera de entrada a nuevos participantes. México es considerado uno de los países con el espectro más caro, 60% por encima del promedio de una muestra de 40 países (Estudio sobre la valuación y determinación de los derechos para bandas IMT en México). En este sentido, el Instituto ha enviado al Senado una propuesta para reformar la Ley Federal de Derechos en materia de espectro radioeléctrico donde propone entre otros ajustes: Reducir los derechos de las bandas para la prestación de los servicios de quinta generación (5G) a través de la modificación de las cuotas para las bandas de frecuencia que aún no son asignadas (bandas 600 MHz, banda L y bandas 3.3-3.45 GHz) o que todavía no se autorizan los servicios para los que se prevé el cobro de derechos (3.45 a 3.6 GHz)[2].
Mucha de esta reglamentación requiere una estrategia asertiva en conjunto con los gobiernos locales. Especialmente para la formulación de políticas regulatorias optimizadas y flexibles que propicien la inversión en 5G y, eventualmente, la innovación y el crecimiento económico.
La estrategia regulatoria incluye también a la industria 4.0 y sus procesos de producción, distribución y consumo inteligentes (i.e. minería, empresas minoristas, almacenamiento, manufactura, automotriz, agro industria, transporte marítimo, por sólo mencionar algunas), incluyendo por supuesto a toda la industria de telecomunicaciones que comprende a los fabricantes de dispositivos, chips, proveedores de equipos. Un ecosistema que debe ser involucrado en el proceso colaborativo de hacer regulación.
El desarrollo de planes y programas para adoptar la tecnología 5G, permite a los países diseñar y anticipar las acciones necesarias para contribuir al despliegue y la adopción de las redes 5G, en particular en lo que se refiere a la asignación del espectro radioeléctrico, incentivos a la inversión, pruebas técnicas, entre otros aspectos.
Después de que el UIT-R comenzara el estudio de la visión 5G en 2012, se fundaron varios grupos regionales de promoción y foros de investigación en América, Asia, Europa, Organismos Públicos Internacionales y Expertos Internacionales Privados.
Estas actividades incluyen el estudio de los requisitos de 5G, casos de uso y escenarios de implementación, así como la explotación de las tecnologías clave y la naturaleza del espectro 5G.
En esta sección se presentan las mejores prácticas a nivel mundial en: América, Asia y Europa, así como las recomendaciones de los organismos públicos internacionales y expertos de la iniciativa privada.
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